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Detención de Zavala, un fuerte golpe a la estructura política de Armenta

8 Junio 2022

Puebla.- Javier López Zavala tenía puesta la mira en la sucesión de 2024 para regresar al poder político. Su apuesta principal, que no era la única, era ser parte del proyecto del senador Alejandro Armenta Mier de ser candidato de Morena a la gubernatura de Puebla y para ello, se encontraba trabajando en construir una red de exalcaldes y exdiputados locales –de cualquier símbolo partidista— para supuestamente incorporarlos a las filas morenistas en la siguiente contienda.

Se había convertido en una obsesión la de López Zavala la de regresar a un cargo político relevante en Puebla.

No importaba que ya tenía una notaría pública en Chiapas –otorgada por el exgobernador de esa entidad Manuel Velasco Coello— y que era propietario de ranchos en la Sierra Norte de la entidad. Era un hombre que no soportaba haberse quedado en el filo de la posibilidad de ganar la gubernatura del estado y no tener –en el presente– un puesto público de alto nivel.

Lo anterior fue intuido por este tecleador cuando dialogó con López Zavala –por última vez— en septiembre del año pasado, en el hotel Marriot de la 31 Oriente, con motivo de la columna Cuitlatlán que se publicó el día 22 de ese mes, que se titulaba: “Grupo de López Zavala ya opera políticamente a favor de Armenta”.

El excandidato a gobernador del PRI, con su tradicional sonrisa extensa, narró que había recibido el reclamo de Jorge Estefan Chidiac, actual coordinador de los diputados locales del PRI, por estar ayudando al proyecto del senador Alejandro Armenta Mier y que esa queja había surgido por la lectura de la columna en cuestión.

Al respecto el columnista le cuestionó: “Si los políticos que te siguen siendo leales aparecen en los actos de Armenta, quiere decir que tu estás adentro”, a lo que respondió: “Si, pero por no es el momento de decirlo públicamente”.

En Cuitlatlán se había publicado que unos días antes, en el municipio de Chietla, el senador Alejandro Armenta Mier había realizado una importante gira en la que había reunido a varios grupos políticos de la Mixteca y quienes aparecían en la organización estaban René Lechuga Fosado, Felipe David Espinosa Rodríguez y Jesús Alonso Cañete, quienes eran parte de la ya reducida facción de Javier López Zavala.

Todos ellos, habían sido parte de la legislatura local que fungió –entre los años 2002 y 2005– en la segunda parte del sexenio del entonces gobernador Melquiades Morales Flores.

López Zavala le dijo a este redactor: que había optado por hacer trabajo político sin “asomar la cabeza”, pues temía que en cualquier momento le pudieran activar algún proceso legal relacionado con viejas acusaciones de corrupción de la época del sexenio marinista.

Dijo que no le iba a pasar lo mismo que al ex secretario de Gobernación y expresidente estatal del PRI, Valentín Meneses Rojas, quien quiso regresar a la política partidista y había sido aprehendido, en febrero del año pasado, por presuntas anomalías en el otorgamiento de preliberaciones de reos.

¿Cuáles son tus proyectos para regresar a la política activa?, le insistió el autor de este texto.

Javier López Zavala definió dos rutas:

Primera: si Armenta era el candidato en 2024, él se iba a encargar de llevarse “toda la estructura que queda en el PRI” al proyecto del hipotético aspirante de la 4T.

Narró que, en 2017, él y Armenta habían acordado salirse juntos de las filas del PRI y llevarse toda “la estructura electoral marinista” al Partido de Regeneración Nacional. Al final, solo lo hizo el segundo de ellos, porque a López Zavala no le habían cumplido lo que habían ofrecido en el movimiento lopezobradorista. Aunque nunca pudo decir en que consistía ese supuesta “promesa”.

Luego comentó que no sentía que Armenta tuviera el camino fácil para convertirse en candidato de Morena, por haberse equivocado al vincularse con el grupo político de Ricardo Monreal Ávila, quien no es bien visto en la 4T.

Por eso, se justificó, no hacía público que estaba cerca del proyecto de Alejandro Armenta Mier. “No quiero quemarme, que tal si no es el candidato”, comentó palabras más, palabras menos.

Segunda: dijo que otra posibilidad que tenía era buscar reactivar a todos los grupos del PRI y postular un candidato fuerte para contender por la gubernatura, pero sin la colaboración del PAN, pues dijo que era un error hacer una alianza entre ambas fuerzas políticas. A los priistas no les gusta trabajar para los panistas, criticó.

“¿Tú crees que el PRI tiene posibilidades de revivir?”, le cuestionó el tecleador, a lo que un López Zavala respondió muy orondo: que si a él le encargaban la estructura del partido, la podía reactivar como en los viejos tiempos.

Aunque después acotó: que era difícil reactivar al tricolor porque el presidente del PRI, Néstor Camarillo Medina, no tenía idea de como dirigir al partido.

“Es mi compadre, pero lo está haciendo mal”, más o menos es lo que acabó rematando de la situación del PRI.

Ahora Javier López Zavala ya no debe preocuparse por qué va pasara en la sucesión de 2024, sino de como librar la pesada acusación que hay en su contra de ser el presunto autor intelectual del asesinato de la activista Cecilia Monzón.

Un triste final para un hombre que en el sexenio marinista fue quien concentró más poder político en todo el estado. Ahora, será un reo más del penal al que lo manden. (Fermín Alejandro García / La Jornada de Oriente).

 

 

 

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