* Los grados académicos sustentan la atención focalizada a las necesidades sociales.
* El Doctorado será fundamental en el diseño de políticas públicas en beneficio de la sociedad.
26 Noviembre 2024
Puebla, Pue. El gobernador electo de Puebla,
Alejandro Armenta, alcanzó un nuevo hito en su
trayectoria personal y profesional al obtener, por
unanimidad, el grado de Doctor en Administración
Pública en el Instituto Nacional de Administración
Pública (INAP). Este logro académico resalta el
valor de la educación pública, ya que Armenta
estudió toda su vida en instituciones públicas del
estado de Puebla, desde el nivel básico hasta la
maestría, en el IAP, lo que lo convierte en un
ejemplo de superación y compromiso con la formación
continua.
Destaca que, el Instituto Nacional de Administración
Pública (INAP) es reconocido como una de las
instituciones más prestigiosas en la formación de
líderes para el servicio público en México; por lo
que, haber obtenido este grado, con una tesis
calificada como innovadora y de gran interés social,
incluso a nivel nacional, subraya la excelencia
académica de Armenta y su capacidad para aportar
soluciones estratégicas a los desafíos actuales de
la administración pública.
La tesis de Armenta, titulada “La Bioética Social en
el Estado de Derecho para la consolidación de un
Modelo de Seguridad y Justicia: Estudio de Caso
Puebla”, fue ampliamente elogiada por el jurado,
integrado por destacados académicos como el Dr.
Héctor Rafael Arámbula Quiñones, la Dra. Susana
Libien Díaz González, el Dr. José Florencio
Fernández Santillán y el director de tesis, Dr. José
Rafael Martínez Puon. Las y los sinodales
reconocieron su carácter innovador y su relevancia
para el diseño de políticas públicas en beneficio de
la sociedad.
Este doctorado, no representa solamente un logro
académico, sino también el compromiso de Alejandro
Armenta con la construcción de un gobierno humanista
e inclusivo, basado en la bioética social y en la
protección de los derechos fundamentales de los
ciudadanos. Su preparación, es un reflejo del
impacto transformador que puede tener la educación
pública en el desarrollo personal y profesional,
marcando un precedente para la construcción de un
liderazgo fundamentado en el conocimiento, la ética
y la justicia social.