AUN LOS POBRES PAGARÁN 2% MÁS EN SUS COMPRAS, PARA ABATIR LA POBREZA ·
Se
busca aumentar impuestos a cerveza, vinos, licores y cigarrillos ·
En
2010 volverán los incrementos mensuales a gasolina y gas LP Un ajuste
doloroso y difícil, lo llamó el secretario de Hacienda, Agustín
Carstens, quien reveló ayer que el gobierno de Felipe Calderón buscará
combatir la pobreza a partir del cobro a toda la población, pobres
incluidos, de un nuevo impuesto de 2 por ciento a todos los bienes y
servicios que se intercambian en la economía, también alimentos y
medicinas, hoy exentos del pago de un tributo al consumo. Es
una de las alzas que el Ejecutivo pretende que el Congreso –donde no
tiene la mayoría– apruebe y que ayer fueron dadas a conocer por
Carstens. Otras son: elevar en dos puntos, de 28 a 30 por ciento, la
tasa del impuesto a los sueldos de las personas y a las ganancias de las
empresas inscritas en el padrón de contribuyentes. Además, aumentar
los gravámenes que ya se aplican a cerveza, vinos, licores, cigarrillos
y servicios de telecomunicaciones, como telefonía celular o Internet,
así como a los juegos de azar y apuestas. El
gobierno puede solicitar sin rubor la cooperación de la sociedad en
esta hora difícil, dijo Carstens anoche en Palacio Nacional, después
de entregar la propuesta en la Cámara de Diputados. Esto, justificó,
porque la administración también va a hacer su parte al reducir el número
de dependencias, congelar plazas y salarios de altos mandos y acotar el
gasto en operación. Así
que la contrapartida será elevar los impuestos, en un momento en que el
país vive la peor recesión económica en siete décadas, cuando el
desempleo ha tocado máximos no registrados desde la crisis de 1995 y el
número de pobres, de acuerdo con un cálculo hecho por el Banco Mundial
el mes pasado, aumentó en 4.2 millones de personas a partir de que
estalló la crisis financiera el otoño pasado. Aun
con la reducción de gasto, por 218 mil millones de pesos, el gobierno
federal enfrentará el próximo año una brecha de 299 mil 800 millones
de pesos entre egresos e ingresos. Y para cerrarla es que la
administración de Felipe Calderón propone cobrar más y nuevos
impuestos. La propuesta presentada por el secretario Carstens –los
documentos completos no habían sido hechos públicos por Hacienda hasta
las 11 de la noche– no planteaba acotar o eliminar los regímenes de
tributación especial para grandes empresas o sectores de actividad económica,
como habían planteado legisladores de la oposición. La
novedad para combatir la pobreza es la creación de un nuevo impuesto.
El secretario de Hacienda lo llamó contribución para el combate a la
pobreza y consiste en un nuevo impuesto que gravará sobre una base de
efectivo, con una tasa de dos por ciento, a los ingresos derivados de la
realización de ventas, aplicándose en todas las etapas de la producción
de manera no acumulativa. En otras palabras, también de Carstens, es un
tributo que se aplica a todo bien y servicio, incluido a los alimentos y
medicinas. Este
nuevo impuesto para combatir la pobreza, según explicó, es distinto y
adicional al impuesto al valor agregado (IVA), que grava con 15 por
ciento el consumo de todo tipo de bienes y servicios, excepto alimentos,
medicinas y libros. Pero estos bienes que ya están gravados con IVA
también deberán tributar el otro 2 por ciento. Además
de incluir a todo tipo de bienes y servicios, Carstens explicó que el
nuevo impuesto para combatir la pobreza es de aplicación general, para
que no se concentre en sectores específicos. Es decir, lo tendrá que
pagar todo mundo. Según la lógica del funcionario, quien más consuma
más pagará. Incluso, aseguró, este nuevo impuesto no va a afectar a
los pobres porque lo que se recaude se va a destinar a mejorar su
situación. En
2010, según explicó el secretario Carstens, volverán las alzas
mensuales en el precio de la gasolina y el gas LP, que habían sido
congelados desde la primavera pasada. Los incrementos de precio, apuntó,
serán deslices moderados, para ajustar el costo a precios
internacionales. Sobre los
cautivos Otra
forma que encontró el gobierno de Calderón de aumentar los recursos
del Estado es aumentar la carga fiscal sobre los contribuyentes
cautivos, una constante en las últimas décadas, y terreno en el que el
gobierno panista no se diferencia de sus antecesores priístas. Así,
detalló Carstens, si los legisladores aprueban la propuesta
gubernamental, a partir de enero los trabajadores pagarán un impuesto
sobre la renta (ISR) de 30 por ciento de su salario, en vez del 28 por
ciento actual. Igual las empresas que no gozan de los regímenes
preferenciales. La tasa del ISR subirá también a 30 por ciento de sus
utilidades. Lo que ofreció el gobierno es reducirla, un punto cada año
en 2011 y 2012, y mantener sin cambio una tarifa preferencial de que
gozan los trabajadores con ingreso de hasta cuatro salarios mínimos,
219.2 pesos diarios en el centro del país. El
ISR es la columna vertebral del sistema tributario. Junto con el
impuesto empresarial a tasa única (IETU), que también grava los
ingresos, y el impuesto a los depósitos en efectivo, aporta una cuarta
parte del total de los ingresos públicos. La
propuesta del gobierno busca que la tasa que se aplique a los depósitos
bancarios en efectivo suba de 2 a 3 por ciento y que el monto a gravar
sea a partir de 15 mil pesos, en vez de los 25 mil pesos actuales. Esto
es, cualquier monto depositado en efectivo por una persona en un banco,
que supere 15 mil pesos, sería gravado con 3 por ciento. Cervezas,
cigarrillos, licores: dinero fácil Uno
de los gravámenes de más fácil recaudación es el llamado impuesto
especial sobre producción y servicios (IEPS). Según Hacienda, la idea
de aumentarlo es limitar el consumo de bienes nocivos para la salud de
la propia persona y de terceros, o para capturar la renta asociada al
uso de un bien propiedad de la nación. En
esa línea, Carstens detalló las ideas que se le han ocurrido al
gobierno: Primero,
dijo, establecer un impuesto, hasta ahora no existente, de 4 por ciento
al uso de servicios de telecomunicaciones: teléfono celular, televisión
de paga o conexión a Internet. Otro más, incorporar una cuota específica
de 80 centavos por cajetilla de 20 cigarrillos, que aumentaría a dos
pesos por cajetilla en el transcurso de cuatro años. Un
tercero, para los bebedores de cerveza: si los legisladores no deciden
otra cosa, el IEPS aumentará de 25 a 28 por ciento, tasa que estaría
vigente tres años y disminuiría otra vez a 25 por ciento en 2013,
cuando este gobierno ya se haya ido. La propuesta agrega aplicar un
impuesto de tres pesos por litro de bebidas alcohólicas con graduación
mayor a 20 grados. Y
para los que gustan del juego y las apuestas, el gobierno propone que en
2010 aumente de 20 a 30 por ciento el IEPS que se aplica a los juegos
con apuestas y sorteos. El
conjunto de propuestas fiscales del gobierno, según Hacienda, generarían
en 2010 recursos permanentes adicionales por 175 mil 700 millones de
pesos, que equivalen a 1.4 por ciento del producto interno bruto. |