Ella y él tienen el poder de la palabra. Hakobo Morá.

Allá donde todos caminos de Tatoxcac conducen rumbo a la escuela primaria Abraham Sosa, donde existe la realización de una educación incluyente, y las niñas y los niños alzan sus voces para aprender libres de pensamiento en el salón de clases, y con el fuerte abrazo y sabio liderazgo de la maestra Susana Toledo Hernández, allá hoy por hoy, se lleva a cabo la 3ra. Feria del Libro Infantil. Se ha abierto el primer taller de periodismo literario a cargo de H.M., y para muestra, el primero en toda la Sierra Norte de Puebla. Pronto han comenzado -todas las palabras una vez dichas- a plantarse sobre el vacio de una hoja en blanco. Las niñas celebran su propio contexto social de vida y lo critican. Los niños critican su escenario histórico, y lo festejan. Ambos frentes están convencidos de su papel protagónico, y están dispuestos a vivir con libertad y responsabilidad los hechos históricos y los hechos actuales. Su actitud no los dejará aceptar la realidad que les han conferido el desarraigo social a pesar de los deseos políticos excluyentes de algunos y de algunas. Aceptado jugar las reglas del taller literario para construir la crónica particular según las características de sus circunstancias personales, niñas niños han partido plaza desde el centro del ruedo de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución en México, intentando establecer, cabalmente, la relación de la emigración en Tatoxcac después del mote de lucha que encabezó Zapata con “la tierra es de quien la trabaja”, o la razón por la cual no se habla la lengua materna después -o mucho antes-, de la independencia, o también, la búsqueda a los porqués de que algunas madres sujetas al “trabajo” de criadas, o quizá, el de sacar a la luz la diferencia de criada aquí en México y no el de trabajadora doméstica, o sobre la conciliación de aquellos cambios de actitud de algunas mujeres ayer morenas y de melena negra y oscura, hoy de cabello pintado de rubio y el uso habitual del emplastes de maquillaje al rostro casi hasta al punto de quedar blancas, o de establecer con claridad -en los bailes de las máscaras- la idea de identidad nacional, o de vislumbrar los porqués por la falta de empleo de los integrantes familiares en la comunidad con trabajos eventuales de chofer, de albañilería, de cultivadores, o de la necesidad de comprender el hecho de la delincuencia local por los inmigrantes, o de los hombres a los siempre se cree comenten los posibles delitos, o de la idea de una la historia de la revolución que ha demarcado el espacio de aquellas actividades que deben realizar las mujeres y los hombres, o de analizar el concepto sobre el machismo, o  de la historia nacional repleta de héroes niños y de hombres adultos…  Las niñas los niños depositan toda su energía en el taller de periodismo literario que pone en funcionamiento sus habilidades: el juego de las preguntas y las respuestas, el de mirar, el de escuchar, ambos sentidos prestos y agudos hacia todas aquellas expresiones locales cotidianas o de costumbre, o sobre aquella otra, la palabra precisa que ha quedado escrita, solemnemente, para la posteridad. Para Pedro Emmanuel Munguía Fernández -un alumno poseedor de una imaginación desbordante- , la crónica de los sucesos abre ya –con un texto suyo-, “el portal del futuro”, y ¿hacia dónde nos conduce?: a la interacción de un propósito con otro, de que las palabras tendrán un poder ajeno a los intereses oportunistas, a aceptar que la creatividad literaria puede hacer el cambio requerido en beneficio de nuestra sociedad. Casi una veintena de niños y niñas nos sorprenderán con sus crónicas al acabar la 3ra. Feria del Libro Infantil, y también, otros niños y otras niñas nos mostrarán sus trabajos realizados en los diferentes talleres impartidos. Pero,  ¿tendremos la actitud de apertura necesaria para asimilar su lectura del mundo? Tal vez será así, si la respuesta logra sacudir a nuestro sistema repleto de posturas impositivas acerca de lo que es, según,  pasado y lo que es presente, de lo que no debiera ser -con la irrealidad- considerado aún como real, y lo que debería ser -con las causantes de la realidad-, parte del universo de lo imaginario.  

           

 

           

           

           

                 

 

 

           

           

           

 

           

           

           

 

 

         

           

                   

 

  

      

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